El post del Taxi

Después de darle varias vueltas, y de cancelarlo dos veces, hoy al fin escribo este post.
Tenía como título principal «Un taxi me persigue», pero he llegado a la conclusión de que en realidad soy yo quien lo está persiguiendo.
El origen de esta entrada es sencillo. La última mujer de la que me enamoré es hija de un taxista.
Y por diversas situaciones que no vale la pena enumerar, tuve que aprenderme las placas del compacto.
Nunca está de más saber detalles de quien podría ocupar el papel de tu suegro.
Cuarto, Cuarto, Primero, Quinto Coca Unión Bravo…
Son las placas de un taxi que me topo casi a diario.
El auto es muy parecido y cada que veo un automóvil con las mismas características, lo primero que hago es mirar las placas. Ya lo hago por instinto. No sé, quizás tengo ganas de verla por casualidad y fantaseo que va con su papá en el carro.
Pero bueno ya explicado el asunto volvamos al taxi recurrente.
Al principio eran dos los vehículos de alquiler que se cruzaban seguido en mi camino.
El otro lleva las placas Quinto Séptimo Quinto Nada Coca Unión Bravo. Con este fue peor, porque las placas tienen un leve variación a las que porta el que no quiso ser mi suegro. Incluso llegue a hacer movimentos con la mente… Si los que le sobran a este los pasara al otro, darían como resultado… Y así, con mis chaquetas mentales creaba escenarios deseables.
Por la mañana que salí, vi venir el taxi primeramente descrito a lo lejos y dije ese es el taxi del 44… dicho y hecho, era el mismo. (Aclaro que el taxista debe vivir cerca de mi casa porque lo veo casi a diario y es sólo que coincidimos en horarios, debe ser lo más lógico).
Como ese taxi me hace darle muchas vueltas a la cabeza, pensé inmediatamente, ya Basta pinche Raúl, ya es tiempo de que le des fin a ese capítulo. Si no se dio es por algo y te estás estancando pendejamente.
Cuando estoy a punto de tomar la determinación, el semáforo cambia de color y al tratar de avanzar, un taxi cruza frente a mí y qué creen? Era el otro taxi recurrente, el de las variaciones…
Fue por eso que me decidí inmediatamente a postear este texto, porque definitivamente no va a ser algo que supere tan fácil.
Ahora lo que he estado pensando es que ese taxi tiene algo que aportarme. Se me metió en la cabeza que tengo que abordarlo y pedirle que me lleve a algún lugar, porque en realidad no creo mucho en las coincidencias y ese Atos amarillo ya está involucrado de alguna manera conmigo.
Así que día de estos lo esperaré en una esquina hasta que aparezca para pedirle que me lleve a algún destino que me tiene reservado.
Si lo encuentro, ya después les contaré cómo me fue.

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